Al sur del sur y en un auténtico cruce de caminos se encuentra Antequera, la capital del blues en Andalucía; más tarde vino Cazorleans con festivales de ensueño. Una ciudad entre dólmenes, colegiatas, iglesias, conventos, palacios, arcos, puertas, alcazaba, capillas, ermitas, casas señoriales y palacetes. Y cada verano, a pesar de los problemas económicos que lleva arrastrando en las últimas ediciones, su festival de blues es una cita ineludible. Para esta edición, el cartel escueto, no ha dejado de ser reclamo para bluseros, ya que se suele echar mano de los habituales bluesmen de la zona que, por otra parte, son los más celebrados. El plato fuerte de la edición era la Cambayá Blues Reunión, banda excusa para la exhibición de los mejores bluesmen del país, en ella tocaron hasta once músicos que entusiasmaron al respetable. A ver, a ver: Ñaco Goñi, Lolo Ortega, Lito, Jorge Blanco, Nicolás Hueguin, componentes del grupo “Dry Martina” y otros. Frente a ellos, con un total dominio del lenguaje del blues, haciendo honor a Robert Johnson (todos los temas fueron versiones del viejo Bob), quitándose a golpe de cadera y pestaña a los “guitar hero” de turno, la gran Suzette Moncrief. La reencarnación de Sugar Pie de Santo, la hermana pequeña de Koko Taylor, una “ikette aventajada”. Todo el blues de los pantanos y el brillo de chicago en su voz. Todo un placer escuchar, en semejante escenario, a la gran Suzette Moncrief.
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