martes, 31 de marzo de 2015

THIS IS THE SONICS (2015)

Lamenté el tiempo que había perdido sin escuchar The Sonics, sólo hace una década que descubrí lo grande que eran estos chicos de Tacoma. De hecho conocía sus temas por otros grupos como The Withe Stripes, Fuzztones, Black Keys...pero nunca había recibido la descarga brutal con la quedé sin aliento al meterme entre pecho y espalda su "Here Are The Sonics" del 65 y su "Boom" del 66, artefactos sonoros que te cambian la vida cuando descubres que esta banda podía dejar a grupos vecinos como The Byrds o Beach Boys a la altura de un coro de monjas. Ponle todo las etiquetas del mundo: rock primitivo, garage, proto-punk...todas son válidas, pero la experiencia del recopilatorio "Jerden Years" habla por sí mismo de la valía de uno de los mejores grupos de rock de la historia. Las dudas me asaltaron cuando, tras su vuelta a la carretera desde hace año, anuncian nuevo disco para finales de marzo de 2015. Algunas grabaciones (como aquella que compartieron con Mudhoney, herederos directos de nuestros chicos sónicos) no prometían estar al nivel de sus años de gloria; una banda diezmada a tres de sus componentes originales (Gerry Roslie, vocal y teclas; Larry Parypa, guitarras; Rob Lind, coros, saxo y armónica) y unas producciones que los acercaban más a Black Sabbath que a ese sonido de unos clones de Little Richard asalvajdos restaba en su música. No podía estar más equivocado, voy por la tercer escucha seguida su bomba para 2015, "This Is The Sonics" y no doy crédito. ¡Discazo! Rock and Roll, garage brutal, temas redondos; con esa parte negra más salvaje del soul y del blues que los marcaron por encima de cualquier grupo de su época...y de ésta; porque después de esto, creo que esos jovenzuelos llamados The Strypes van a tener que colgar sus botas. Han sabido separarse de ese precipicio que es la posibilidad de ser un grupo más de hard rock del siglo veintiuno, para nada, mantienen sus credenciales en el sonido sencillo y directo del rock más clásico. La clave: la producción del muy muy grande Jim Diamond (The Fleshtones, The Mooney Suzuki, Dirtbombs, White Stripes...), un sabio de Detroit que conoce el negocio y como dar ese toque de autenticidad a los discos de rock contemporáneos. Ahí están las credenciales del grupo desde el inicio, "I Don't need no doctor" es un rock and roll que tras el riff inicial acaba montándose a lomos de un killer piano sublime, garganta prodigiosa, coros, panderetas y...como no, el prodigioso saxofón de Rob Lind. El disco sigue y sigue en la misma línea, el tema "Be a woman" es un brutal desarrollo garagero con desgañite final, una de las bombas del disco. Ya teníamos conocimiento del "Bad Betty", como adelanto del disco, y ese prodigioso duelo de hammond y saxo. "You Can't Judge A Book By The Cover" puede ser el tema más versioneado en los últimos años de los maravillosos años de Chess Records, esta versión sienta cátedra. The Hard Way, la brutal Sugaree, el solo brutal de armónica en Leavin Here y todos los demás conforman un colección del mejor rock clásico que se haya escuchado en lo que llevamos de año. Tanto que me ha venido a la memoria un disco que puede ser primo hermano, esa joya firmada por Daltrey-Wilco Johnson del 2014. Sí, y hay temas por los que daría un ojo Iggy Pop, por ejemplo ese "I Got Your Number". Así hasta "Spend The Night" y vuelta a empezar; adictivo y directo a lo mejor del año. Y ahora, estos son los Sonics del 2015...

domingo, 8 de marzo de 2015

BACK TO BLACK: DYKE & THE BLAZERS, WE GOT MORE SOUL

El nivel de clásico en un artista tiene su confirmación con el paso del tiempo. El peso de grupos como Beatles, Stones, Dylan, Byrds es patente en la mayoría de los grupos que alcanzan éxito en la actualidad. Pero es indudable que sentimos una emoción especial cuando volvemos a estos clásicos, sus discos no envejecen, conservan la emoción y un sonido sorprendente teniendo en cuenta que no existían los medios digitales actuales. Dyke & The Blazers son clásicos. Y hablamos de funky soul. Ahí estaban James Brown & The Famous Flames que de manera incontestable habían firmados ya himnos funkies en el 63, pero la corta carrera de Arlester Christian (alias Dyke) y sus Blazers deja un legado increíble, con un sonido que mantiene como nadie ese groove con el sincopado ritmo de guitarra y swing repetitivo con el que el padrino del soul había roto todos los esquemas del rythm blues tradicional y que respondía con agresividad a un mundo hostil para la comunidad negra. ¿Qué tienen estos D. & The Blazers? Tienen una base rítmica que deja en mantilla a cualquier banda de la época. Lejos de la barroca puesta en escena de Brown con predominio de los metales, Dyke le daba más protagonismo a la batería y al bajo y a una omnipresente guitarra con un marcado acento bluesero que la emparentaban más con una banda de rock. La voz de Arlester, en un registro más bajo que la de Brown, ayuda a mantener ese groove. Era un cantante cojonudo, no necesitaba gritar o hacer alardes para engancharte; su temprana muerte (le pegaron un tiro por el 71 en una pelea por temas de drogas) nos privó de lo que podría haber sido un carrerón y un grupo que podría haber supuesto una nueva arista en el mundo de la música negra. Su breve discografía es recogida en esta necesario e imprescindible obra maestra, We Got More Soul!!!