Fue más que emocionante. Por encima de una organización un poco caótica (de manera incomprensible la banda se retrasó una hora respecto a lo previsto) y un sonido que afectó especialmente a la batería del grupo, la Caledonia Blues Band brilló como en los viejos tiempos. El carisma y talento de Mike Lindner (voz) fue definitivo para hacernos olvidar todo inconveniente técnico. La solvencia del resto de los músicos es indiscutible; cada uno en su instrumento, de lo mejor del país. Con un repertorio repleto de temas propios que demuestran que se trataba de una banda con personalidad propia y que hubieran merecido trascender del círculo minoritario del mundo de los “12 compases”. Ellos pusieron la banda sonora de nuestros mejores años en una Sevilla aburrida y conservadora que prometía tiempos mejores que nunca llegaron. Nos queda la música, como siempre.
Por otra parte, hay que felicitar a la asociación Casa del Blues de Sevilla por el esfuerzo realizado tanto para traer a CBB como al resto de grupos que participaron en el evento. Especialmente, un favorito de este blog: Edu Big Hand & The Whiskey Train.
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