Dicho y hecho. Conciertazo de los California Honeydrops en Sevilla; justo antes que la capital andaluza se convierta en un sitio poco recomendable para manifestaciones musicales que no sean las “marchas militares”. Y eso que la cosa no pintaba bien; nada más llegar cartelazo del Melendi en la puerta de la Sala Custom; el telonero no había empezado y botellona a las puertas. Le tocaba al guitarrista Lolo Ortega (Caledonia Blues Band, La Dama Eléctrica, Kiko Veneno…) caldear el ambiente. Y tanto que lo caldeó; junto a otro clásico de la escena blues andaluza, Paco Martinez (Caledonia Blues Band), ambos armados con sendas guitarras flamencas, dejaron al público con la boca abierta. “Crossroad”, “Messin’ with the Kid”, “Vudú Chile” y otros manjares fueron pasando por el talento, del que puede ser, uno de los cinco mejores guitarristas de blues-rock del momento en nuestro país. Tras la presentación de Lolo: “y ahora el otro grupo”, aparecen en escena los California Honeydrops. Su líder; guitarrista, trompetista y vocalista acapara la atención; elegantemente vestido y con, lo que parece una Gibson S-150 debajo del brazo. El teclista (¡lo fue de Albert Collins!) es el más veterano, al resto le sobra juventud y talento. Son nuevos y viejos. Conjurando a gente como Sam Cooke, Ray Charles, Mississippi John Hurt y Loui Armstrong, dieron muestra de lo que es música de raíces, con talento salido de las academias y las calles. Porque es en la calle, concretamente en los metros, donde aprendieron la profesión. Su música, plasmada de manera casi fiel en su último trabajo “Spreadin’ Honey”, está llena de hits atemporales que podrían sonar en cualquier emisora. En la sala, con un llenazo más que aceptable, tuvimos nuestro “Mardi Grass” particular cuando el grupo entero se vino abajo del escenario y empezó un recorrido musical por las primeras filas. Repaso a casi la totalidad del último disco y, por poner un “pero”, echamos de menos alguna versión (por ejemplo “I got a Woman” que suelen hacer en otros conciertos). Es destacable la versatilidad del frontman (de nacionalidad ¡polaca!) que a su talento vocal unía su pericia con la guitarra y la trompeta. Sin duda, el grupo del momento. Final, camiseta de recuerdo y a casa feliz como una lombriz.
1 comentario:
¿Que Lolo Ortiga caldeó el ambiente? Más bien sirvió para ir avisando a la gente que había fuera, que aun quedaba un rato para que saliese El Grupo estrella, pues hasta que no empezó a tocar la última canción, no se llenó la sala. Antes de eso presentó el último tema, y dijo que daba paso "al siguiente grupo", como si la gente sólo hubiese ido a verlo a él y no sabían que había "otro grupo". No señor Ortiga, está usted hablando de "El Grupo", por el que la gente ha pagado.
Más humildad es lo que le hace falta a ésta criatura, y un un cantante que lo acompañe.
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