No se ha dado en muchas ocasiones
la mano con la música, será porque el silencio distingue al noveno arte, al
arte del comic. Y sin embargo mis primeros recuerdos de contacto con una forma
de expresión, de emociones y arte, fue el comic, los tebeos, vamos. Y creo que
ese es mi puente con otras formas como el cine, la música y, claro, la
literatura. Hoy se conocen más los comics por su adaptación al cine que por la
lectura de los mismos y me sorprende la marginación a la que se le somete; hay muchas
personas que, siendo ávidos lectores de literatura, no han leído jamás un comic. Craso error.
Si en algún apartado ha podido
manifestarse el noble arte del comic en la música, ha sido en la ilustración de
portadas. Y si me quedo con un grande que se acerca de manera magistral a esto
es el gran Robert Crumb. Crumb es el buque insignia del comic alternativo y
underground. Un tipo fascinante, huraño y esquivo con la vida, que dio la
espalda a la industria y se mantuvo en un plano casi marginal y prácticamente
olvidado en los últimos años.
Si no conoces sus obras os recomiendo
absolutamente todo lo que ha dibujado y ha escrito; sus dibujos tienen un
dinamismo, un volumen y desarrollo lejos de lo vista antes e imitado hasta la
saciedad posteriormente. La vida más ordinaria se convierte en tema para sus historietas, y por vulgar y cercano se convierte en algo fascinante. Siempre con una ironía y un pesimismo vital que cobra
sus mayores cotas cuando se unió a otro "rarito"; el genial guionista Harvey
Pekar, azote del ideal americano.
Su vínculo musical está determinado
por los sonidos que le resultan más atractivos; incluso, se dice, que llegó a
negarse a hacerle una portada a los Rolling Stones. Es así que llevado por una
compulsiva actitud como coleccionista de discos de jazz y blues de principio de
siglo, prefiera ilustrar discos de esta tesitura que de aquellos que con los que supuestamente más cercano estaría por su coincidencia en el tiempo y en la
moda, es decir rehúso a ilustrar discos de rock o pop en los años 60-70 y se dedicó ha hacerlo sólo de viejas reediciones o combos que revitalizaban sonidos de los años 20-30.
Demos un pequeño repaso a lo más
lustroso:
1968 Cheap Thrills. No te cuento más ¿acaso hay alguien que no haya tenido un ejemplar de este disco en las manos? ¿Y acaso no te has pasado horas y horas dándole vueltas a su portada e ilustraciones mientras te pone los pelos de punta los berridos de la Joplin? Pues sí, éstas eran de Robert Crumb y hasta aquí su participación en lo más granado de la realeza del rock/pop. Y porque a él le dio la gana.
1995 Roots of the Grateful Dead The Music Never Stopped. Se prodigó mucho en recopilaciones raras y casi imposible de conseguir hoy en día. Ésta es bastante curiosa y destacable por la presencia de su mismísima deidad, Bob Dylan.
1974 Big John Wrencher and His Maxwell Street Blues Boys Maxwell Street Alley Blue. Sellos raros y artistas casi exclusivos de minorías. Destaco este especialmente, es un disco que descubrí hace unos años y para mí una obra maestra indiscutible del blues de Chicago. El mejor disco de este armonicista y cantante que aquí se presenta en un formato original de batería, guitarra y armonica-voz que conserva una fiereza que no se estilaba en aquellos años.
1976 R. Crumb and his Cheap Suit Serenaders No. 2 (aka Chasin' Rainbows). No soprende que siendo un obsesivo coleccionista de discos y con unos conocimientos privilegiados , llegará a formar su propia banda tocando el banjo. A lo Woody Allen pero sin grandes alardes y mucho menos egocentrismo.
1978 Blind Boy Fuller Truckin' my Blues Away. Famosas son sus ilustraciones para tarjetas, donde recuperó a pioneros del blues y jazz. De hecho estas imágenes son tan famosas como sus propias fotos; durante mucho tiempo esta fue su menera de ganarse la vida. En este caso tenemos una serie de recopilaciones que ilustró con grandes dinosaurios del blues de preguerra.
2000 Trésors Illustrés des Musiques Populaires du XXe siècle. Muchos de estos trabajos los acabó editando en Europa, especialmente en Francia, donde casi se exilia huyendo de la política y moral americana con el que fue tan crítico siempre en sus viñetas y sufrió en sus propias carnes.
2011 Eden & John's East River String Band Be Kind to a Man When He's Down. Es quizás lo más reciente que ha hecho. Pero escuchando este disco se entiende. Vintage total, un dúo joven pero que suena perfecto para ambientar un aserradero de Kentucky o una fábrica clandestina de Bourbon. En los vídeos colabora en viejo dibujante. Y como podéis ver, sus elecciones como ilustrador no tiene nada que ver con lo comercial o vendible.
Son algunas muestras del arte del genial e introvertido Crumb. Para que
te acerques a su obra, te recomiendo su divertida “Melodías Animadas”, donde
descubres pasajes costumbristas e hilarantes de viejos bluesman, sus trapicheos
y vergonzantes viñetas dedicadas a su enfermiza obsesión como coleccionista insaciable de discos, ¿te suena?.
6 comentarios:
Las portada son sensacionales, pero donde esté el hiperrealismo de Hipgnosis, que se quite todo lo demás. Por cierto, a su salud me voy a poner el Pearl de Joplin.
Un abrazo, compañero.
Tiene el artista un libro publicado por Ediciones La Cúpula en el 2011, titulado "La colección de portadas de discos" que es una auténtica joya. Muy merecida entrada para el gran Robert Crumb, del que aun recuerdo sus tiras del Gato Fritz y Mr. Natural, hace muchos años.
Saludos,
JdG
Joer qué post más didáctico, había leído algo hace tiempo pero vamos, ni idea. Además solo conocía la ilustración de la Joplin con sus amigos. De lujo Antonio. Un abrazo.
Buenísima entrada, Antonio, así da gusto. Uno, que pasa la mayor parte de su tiempo en el pasado, comprende muy bien a Crumb. Y te lo digo mientras suena el debut de los Posies.
Un abrazo.
Soy fan de Crumb desde chaval, como lo somos muchos de mi quinta, porque efectivamente el cómic era un complemento natural para mucha gente que oía música o leía libros. Y la cosa viene de antes aún, de las grandes referencias españolas como Ibáñez o Vázquez, es decir, de nuestra infancia.
Robert Crumb y Gilbert Shelton fueron para nosotros el salto cualitativo, pero en el fondo la cosa era mucho más entrañable: eran nuestros Ibáñez o Vázquez hippies. Y que viva Mr. Natural.
Yo tambien recuerdo los cómics de Crumb con adoración y coincido con el comentario de Rick que hace referencia a los dibujantes españoles, por que también los he mamado desde pequeño.A los Váque e Ibañez, añado a Escobar que tambien era genial.
Buen trabajo.
Publicar un comentario