Tras más de una docena de discos, lo ha clavado. Chris Thomas King ha conseguido la obra que llevaba puliendo en anteriores discos: blues eléctrico al estilo "west side" alternado con temas más anclado en el folk más preciosista. Durante bastante tiempo ha sido considerado bluesman promesa y favorito por el mainstream para defender un género reivindicado por todos pero que ha quedado, en su mayoría, como pasto de "puristas" o de un público de clase media que colecciona discos de BB King pensando que no hay más después. El caso es que "el blues" sigue siendo el elemento básico predominante y esencial en la mayoría de los discos que hemos considerado como los "mejores del año" (ver listas); que son muchos los grupos que innovan sobre el tema (The Black Keys, Jack White, North Mississippi All Stars, Heart Attack Alley...) y lo consideran la opción adecuada para lanzar posturas radicales y demoledoras (Left Lane Cruisser, The Inmortal County Killers, James Leg, Guadalupe Plata...). Escuchar blues, sin olvidar a los maestros de siempre (recomiendo rescatar la obra siempre reveladora de dos monstruos: Elmore James y Hound Dog Taylor), es ejercicio obligado (quien no haya escuchado el último disco de Robert Cry, Nothing But Love, ha dejado incompleto el 2012, musicalmente hablando). Por cierto, la portada del disco es estupenda y muy reveladora de lo que nos vamos a encontrar dentro de este Bona Fide.
1 comentario:
me gusta...hacia tiempo que no escuchaba este tipo de blues...peero de ahora...jejeje
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