miércoles, 15 de octubre de 2014

THE VICTIMS: BUENOS TIEMPOS PARA EL PUNK

Visionarios absolutos, lúcidos e imprescindibles fueron The Victims, grupo de punk australiano que conformaron ese seminal panorama que vio nacer a bandas de rock de la talla de The Scientists, The Hoodoo Gurus o The Beasts of Bourbon entre otras. De hecho su batería, James Baker, ha llegado ser miembro original y a tocar con todas estas bandas, además de en un combo fenomenal, The Dubrovniks. Así mismo, el guitarrista y cantante, Dave Faulkner, se convirtió en miembro fundador de los Hoodo Gurus. El rescate del grupo es a cuento de lo que creo que es un tema perfecto, algo así como un “incunable” dentro de la historia del rock, y esto al nivel de temas como “You Really Got Me” de The Kinks, “Good Save The Queen” de Sex Pistols, “No Fun” The Stooges o “This Charming Man” The Smiths. Singles perfectos que destrozan y dan un revolcón a la historia de la música; éste es el caso de “Television Addict”. Tema firmado por Faulkner-Baker, donde en apenas tres minutos arrojaron allá por el 77, toda la rabia que una sociedad oprimida soportaba desde la frustración del 68. Con esa influencia clara del punk rock emergente en Detroit y New York, lo considero uno de los cinco mejores temas punk de la historia. El vergonzoso panorama actual, donde predomina la manipulación de los medios, la impune corrupción de los poderosos y la narcolepsia social, piden a gritos más ruido en la música. Con The Victims tendrás una buena dosis de ello.

domingo, 5 de octubre de 2014

NUEVE DÍAS CON LEONARD COHEN: 9. ME HICISTE CANTAR


Me hiciste cantar incluso aunque las noticias fueran malas
Me hiciste cantar la única canción que tuve nunca
Me hiciste cantar hasta que el río se secó
Me hiciste cantar todos los lugares en los que nos pudimos ocultar.

Me hiciste cantar a pesar de la destrucción mundial
Me hiciste pensar y me devolviste las ganas de continuar
Me hiciste cantar incluso aunque todo parezca triste
Me hiciste cantar el himno “Aleluya”.

Aleluya

Me hiciste cantar como un prisionero en su celda
Me hiciste cantar como canta quien recibe cartas
Me hiciste desear que el amor, aunque sea poco, perdure
Me hiciste cantar como las personas de nuestro pasado

Me hiciste cantar incluso a pesar de la destrucción mundial
Me hiciste pensar y me devolviste las ganas de continuar
Me hiciste cantar incluso aunque todo saliera mal
Me hiciste cantar la canción “Aleluya”

Aleluya

sábado, 4 de octubre de 2014

NUEVE DÍAS CON LEONARD COHEN: 8. NACIDO ENCADENADO

Nací encadenado pero me sacaron de Egipto
me ataron a una carga, pero me liberaron de ella,
Oh, Señor, no puedo guardar este secreto por más tiempo.
Bendito sea tu nombre, tu nombre sea alabado.

Huí hacia las orillas de un poderoso mar de tristeza
perseguido por los jinetes de un régimen cruel y oscuro
Pero las aguas se abrieron y mi alma las cruzó
huyendo de Egipto, escapando del sueño del faraón.

Palabra de entre las palabras y medida de todas las cosas,
Bendito sea tu nombre, que tu nombre sea alabado.
Está escrito a fuego en mi corazón,
eso es lo único que sé,
no puedo deciros más.

Mi alma estaba inactiva hasta que escuché que podría serte de utilidad.
Te seguí muy de cerca, pero mi vida continuaba igual.
Pero fue entonces cuando me mostraste los lugares en los que te habían herido,
Te habían herido en cada átomo de tu cuerpo,
El Nombre se resquebrajó.

Estaba a solas en la carretera, tu amor era tan confuso...
y todos mis maestros me enseñaron que la culpa de eso era mía.
Pero acurrucado en brazos de una ilusión de los sentidos,
un dulce desconocimiento unificó el nombre.

Palabra de entre las palabras y medida de todas las cosas,
Bendito sea tu nombre, que tu nombre sea alabado.
Está escrito a fuego en mi corazón,
eso es lo único que sé,
no puedo deciros más.

He escuchado al alma desplegarse en los aposentos de su anhelo
y el licor más amargo la endulzó incluso en una taza destrozada
Ah, pero todas las escaleras de la noche se han desplomado
Solamente nos queda ahora la oscuridad para aliviar nuestro deseo.

Palabra de entre las palabras y medida de todas las cosas,
Bendito sea tu nombre, que tu nombre sea alabado.
Está escrito a fuego en mi corazón,
eso es lo único que sé,
no puedo deciros más.

viernes, 3 de octubre de 2014

NUEVE DÍAS CON LEONARD COHEN: 7. NUNCA IMPORTA

Se perdió la Guerra,
Se firmó el tratado.
No me capturaron.
Crucé la línea,
No me capturaron
Aunque muchos lo intentaron.
Viví entre vosotros
Bien disfrazado.
Tuve que dejar atrás
Toda mi vida.
Excavé algunas tumbas
Que nunca encontrarás.
La historia se cuenta
Con hechos y mentiras.
Tengo un nombre,
Pero eso no tiene importancia

No tiene importancia.
No tiene importancia.
Se perdió la Guerra,
Se firmó el tratado.
Lo que vive es la verdad
Y la verdad es lo que muere.
No sé qué verdad,
Así que no tiene importancia.

Vuestra victoria fue tan completa
Que a algunos de vosotros
Se os ocurrió dejar escrita
Nuestras vidas sin importancia,
Las ropas que nos poníamos,
Nuestras cucharas, nuestros cuchillos,
Los juegos de azar
A los que jugaron nuestros soldados,
Las piedras que cortábamos,
Las canciones que escribíamos,
Nuestra ley de paz
Que da por hecho
Que un marido obedece
Las órdenes de su mujer.
Y todas las expresiones
De la dulce indiferencia que algunos llaman “amor”.
La gran indiferencia
Que algunos llaman Destino.
Pero nosotros teníamos
Formas más íntimas de llamarlo,
Formas tan profundas,
Nombres tan profundos
Que son sangre para mí,
Y polvo para ti.
No hay necesidad
De que esto perdure.
La verdad es lo que vive
Y la verdad es lo que muere

No tiene importancia
No tiene importancia
Se perdió la Guerra
Se firmó el tratado
Lo que vive es la verdad
Y la verdad es lo que muere
No sé cuál de ellas
Así que no tiene importancia

Yo no pude asesinar
De la manera en la que vosotros asesináis.
No fui capaz de odiar,
Lo intenté y fracasé.
Me delataste,
O al menos lo intentaste.
Te alías con aquellos a los que desprecias
Así era tu corazón,
Un enjambre de moscas.
Tu boca fue una vez
Una sarta de mentiras,
No me sorprende,
Eres de su tipo,
Eres de su clase de gente.
Tuve que dejar atrás
Toda mi vida.
Excavé algunas tumbas
Que nunca encontrarás.
La historia se cuenta
Con hechos y mentiras.
Tengo un nombre
Pero eso no tiene importancia.
Tuve que dejar atrás
Toda mi vida.
La historia se cuenta
Con hechos y mentiras.
Sois los dueños del mundo,
Pero eso no tiene importancia.

No tiene importancia,
No tiene importancia
Tuve que dejar atrás
Toda mi vida
La viví al máximo,
La viví a lo grande
A través de capas de tiempo
Que no podéis dividir.

Mi mujer está aquí,
Mis hijos también.
Sus tumbas están a salvo
De fantasmas como vosotros
En lugares profundos
Con raíces enredadas.
Vivo la vida
Que tuve que dejar atrás.

Se perdió la Guerra,
Se firmó el tratado.
No me capturaron,
Crucé la línea.
No me capturaron
Aunque muchos lo intentaron.
Viví entre vosotros
Bien disfrazado

jueves, 2 de octubre de 2014

NUEVE DÍAS CON LEONARD COHEN: 6. MÍA, MÍA

No fue complicado amarte,
No tuve que intentarlo
No fue complicado amarte
No tuve que intentarlo
Te tuve durante un rato
¡Mía, mía!

Te llevé a la estación,
Nunca te pregunté por qué.
Te lleve a la estación
Nunca te pregunté por qué
Te tuve durante un rato
¡Mía, mía!

Todos los chicos te saludan
Intentando llamar tu atención.
Todos los chicos te saludan
Intentando llamar tu atención
Te tuve durante un rato
¡Mía, mía!

No fue complicado amarte,
No tuve que intentarlo
No fue complicado amarte
No tuve que intentarlo
Te tuve durante un rato
¡Mía, mía!


miércoles, 1 de octubre de 2014

NUEVE DÍAS CON LEONARD COHEN: 5. ¿TE AMÉ ALGUNA VEZ?.

¿Te amé alguna vez?
¿Te necesité alguna vez?
¿Luché alguna vez contra ti?
¿Te deseé alguna vez?
¿Te abandoné alguna vez?
¿Tuve acaso oportunidad de hacerlo?
¿O aún permanecemos yaciendo
Sobre esa antigua mesa?

¿Fue lo nuestro sólido alguna vez?
¿Terminó alguna vez?
¿Y sigue aun lloviendo
Otra vez en noviembre?
Los limoneros florecen,
Los almendros se marchitan.
¿Fui alguna vez alguien
Que pudiera amarte para siempre?

¿Te amé alguna vez?
¿De verdad importa?
¿Luché alguna vez contra ti?
No tienes por qué responder.
¿Te abandoné alguna vez?
¿Tuve acaso oportunidad de hacerlo?
¿O aún permanecemos yaciendo
Sobre esa antigua mesa?