miércoles, 12 de octubre de 2011

THE CRAWDADDY CLUB: LOS AÑOS PERDIDOS


Que este blog ya no es el mismo es algo que está claro. Desde que inicie "SIN ALIENTO", tanto la cantidad como la calidad de los post ha sido muy irregular. Si bien, en su inicio, fue un ingenuo experimento de monólogo catártico para reivindicar estilos musicales y encumbrar oldies del cinematógrafo, ahora estoy en una auténtica encrucijada. Encrucijada a la que he llegado tras la trampa de buscar en las ofertas contemporáneas obras y producciones que llegaran a emocionarme hasta el punto de dedicar algo de mi limitado tiempo a compartirlo con desconocidos, en su mayoría mudos por los pocos comentarios que suelo encontrar. En alguna ocasión he llegado a encontrar, para mi sorpresa, comentarios positivos del propio autor de la obra comentada y, en otras, algún que otro insulto.
Otro elemento significativo ha sido la desaparición casi en su totalidad de posts relacionados con el cine. No pregunten por qué, yo sigo yendo al cine.
No puedo hacer otra cosa que rebelarme contra estas adversidades de un mundo agonizante en todos los sentidos y especialmente en el creativo (un mundo que agoniza, frase recurrente en este blog).Así que ni corto ni perezoso, te cuento.
Si miras la foto de arriba podré contarte de que se trata. Es el CRAWDADDY CLUB de Richmond, una ciudad situada al suroeste de Londres. Y es allí donde ocurrió. Fue el primer local donde los Rolling Stones, en su formación original, tocaron. Fue allí donde germinó el "blues blanco" de los 60's que a la postre sería el origen de toda la música rock de la actualidad. Es en este club donde los Stones colocaban el "no quedan entradas" todas las noches y empezarían un rápido peregrinaje hasta los números unos de las listas de todo el mundo. Por este local además pasaron los mejores grupos de los 60's: Yardbirds, John Mayall's Bluesbreakers, The Kinks, Rod Stewart, Eric Clapton, Jeff Beck. Hasta los propios Led Zeppellin. De aforo limitado y estupendo ambiente al estilo british pub. El caso es que en este club también pusieron sus gloriosos pies los grandes del blues negro americano. Alcohol, tabaco, pintas, beatniks, pastillas, sexo rápido, redadas, el crujido de la madera al entrar...no estuve pero me lo imagino. Casi tan grande como escuchar la música que allí sonó, sería tomar un bourbon sentado en una de las esquinas privilegiadas del club.
En fin, el club que comenzó a funcionar en 1962 fue regentado por Giorgio Gomelsky, productor, director de cine y representante de grupos. Actualmente no sé que será del local en cuestión, pero seguro que ya no es lo mismo. Es algo así como visitar de The Cavern en Liverpool, lejano reflejo de lo que pudo ser en su día.
Si un disco es capaz de trasladarte a ese ambiente es el magnífico "Sonny Boy Williamson & the Yardbirds:Live". El año del disco no queda claro, algunas fuentes indican 1963 y otras en el 1965. Me inclino más por el 63 por la presencia de Clapton en dicho directo. Me puedo quedar corto si hablo de este disco, fundamental en la obra del blues e iniciático para los que luego han sido amantes del blues o músicos de este estilo. La cabeza visible es el genio Sonny Boy Williamson II (Rice Miller) un tipo que daría lugar a varios libros para contar su vida y, sobre todo, de su música, distinta a todas e inigualable (llena de un sentido del humor no conseguido por ningún artista de su generación) en su estilo en la actualidad. El genio blanco lo ponía los punteos de Clapton que justificaban de sobra las pintadas en las calles de Londres de "Clapton is God". Se puede escuchar el jaleo de la gente absorta ante lo que estaban viendo y las palmas del pobre solista de los Yardbirds, Keith Relf, relegado a un plano secundario. Luego vendrían otros conciertos juntos, se incluyeron en posteriores ediciones del disco, pero ya no sería lo mismo, el sonido mono y sucio que te lleva hasta allí , que parece que lo escucharas desde el water del club no sería alcanzado como en los 12 primeros temas del disco.

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